Hace un par de semanas terminé el curso de planificación y organización del trabajo personal. Si lo recuerdas, te lo expliqué aquí. La cualificación, un 85. Sobre 100. No está nada mal, digo yo. Además de la nota, puedo decir que el curso estuvo bien, resultó provechoso. El formador era la caña, un tío súper majo que contagiaba. Bueno, de hecho, creo que en este tipo de cursos, si el formador no transmite, no hay nada que hacer. Así que, desde aquí quiero agraceder a O. ese entusiasmo y esas ganas tan contagiosas.
He aprendido algunas cosas bastante interesantes, pero creo que, por no hacer un post demasiado extenso, te las iré contando en posts diferentes.
De entrada, creo que lo más significativo de todo, la mayor enseñaza/experiencia que he obtenido ha sido un cambio de enfoque con respecto a mi trabajo. Yo me tenía por el último mono en la oficina, lo expliqué la semana pasada en Ciberjenis; y si bien, en cierto modo, y en muchos momentos, no dejo de pensar en que soy una mindundi, he descubierto que hay una parcela, por pequeña que sea, que sí queda bajo mi voluntad. Que sí puedo controlar parte de mi trabajo.
Esta nueva visión me ha permitido reposicionarme respecto a mi trabajo. Llevaba bastante tiempo en una actitud muy apática, resignada, en plan “no voy a hacer nada, porque no hay nada que pueda hacer por cambiar las cosas“. Pero me he dado cuenta de que eso no es totalmente cierto, y que dispongo de más margen de maniobra del que yo creía. Que hay una parcela de mi trabajo que controlo yo única y exclusivamente. Quizás sea una parcela pequeña de control, pero existe.
En cuanto a los aspectos negativos del curso… bueno, poca cosa hay. Lo más significativo ha sido que se trataba de un curso semipresencial, lo que implicaba que, además de asistir a las clases, había que hacer un trabajo online. Eso ha sido lo más pesado: el tener que hacer cosas desde casa. Yo creo que hubiese preferido ir más días a Barcelona, saber que toda esa mañana la dedico al curso y listo.
La no presencialidad implica tener que trabajar en el ordenador. ¿Dónde? ¿En el trabajo? Hay días que es imposible sacar un hueco; lo intentas, pero van saliendo fuegos y más fuegos que apagar y no hay manera. ¿En casa? En casa no lo voy a hacer, evidentemente. Y no voy a decir que no lo hago en casa por falta de tiempo; eso es una excusa (y he aprendido bastante acerca de las excusas en este curso). Voy a ser sincera y voy a decir que en casa no voy a hacer los ejercicios porque mi tiempo libre en casa prefiero invertirlo en otras actividades. Así que la parte online se ha hecho un poco pesada por eso.
Por lo demás, ha estado bien; he conocido a gente nueva. A ver, no he entablado relación con ninguna de las personas asistentes al curso, pero los días que nos veíamos, y almorzábamos juntos, podíamos mantener una charla distendida y agradable con cualquier persona. Y eso, para mí está más que bien.
En resumen: el curso ha sido provechoso, he aprendido, no sólo a gestionar mi tiempo, y a saber qué factores debo tener en cuenta para ello. Si te interesa, te lo iré explicando poquito a poco. Y si no, también, ¡que para algo el blog es mío!