De entrada el título es controvertido, y quizás genere polémica, pero hoy quiero hablarte de por qué no me gustan las peluquerías afro… y, bueno, ni las peluquerías en general. Si no estás de acuerdo conmigo, te invito a generar un debate sano, sin faltarnos al respeto, y así podremos ver puntos de vista y opiniones diferentes sobre lo bueno y lo malo de las peluquerías afro, y de las peluquerías que no son afro también.
Vaya por delante que reconozco que en el sector, como en todos, hay buenos y malos profesionales, y que la última peluquera que trató mi pelo, una mujer brasileña de lo más amorosa, amante de los remedios y potingues naturales para cuidar el pelo afro, cuidaba de mi cabello como nunca nadie había hecho hasta la fecha. Así que espero que si me lee algún profesional de la peluquería que trata con pelo afro y que hace diligente y profesionalmente su trabajo, no sé dé por aludido/a, que este post no le incluye. Porque a veces también pasa que cuando se emiten opiniones negativas sobre un tema, se da por aludida la gente que no debe; pero eso, si acaso, lo hablamos otro día.
Porque no se trata de que paguen justos por pecadores, y generalizar es siempre equivocarse, pero quiero compartir contigo algunos de los motivos por los que, insisto, prefiero no ir a peluquerías afro. Y si ya no me atrevo con peluquerías afro, para según qué cosas ya no piso tampoco ningún otro tipo de peluquerías. Una de las últimas veces que fui a una peluquería que no era afro, yo llevaba el pelo alisado todavía. Una melenita a la altura de los hombros. La peluquera me aseguró convencidísima que mi pelo no iba a crecer más allá de esa medida. Sin comentarios.
El caso es que la semana pasada, el sábado concretamente, estaba yo echando un vistazo a Instagram y vi que Mari Carmen -una mujer admirable que ya puedo contar entre mis amigas- había colgado en su perfil de instagram una foto que me estaba llamando mucho la atención y que sentía que tenía que compartir sí o sí. Le pregunté a Mari Carmen si me daba permiso para publicarla en Facebook y me dio permiso para compartirla. Y quiero que la veas.
Además de la foto, quiero traducirte el texto que Mari Carmen añadía a la fotografía. Como ella lo publicó en inglés, lo traduzco para que podamos hablar sobre ello.
La foto de la izquierda es mi pelo recién salida de la peluquería. Sí, lo leéis bien! Y la foto de la derecha es mi pelo peinado por mí.
Aquí no tienen salones especializados en pelo rizado/afro, así que cuando voy para cortar puntas o teñirme, me hacen todo lo que no se debe hacer al pelo rizado (pero, además, no me quieren escuchar), así que salgo del salón con una enorme bola de pelo con frizz y tengo que lavarlo de nuevo.
Esto es por lo que no me gustan las peluquerías. No veo normal ir y salir con un resultado mucho peor del que se puede esperar del cabello. Y que además tú, conociendo tu pelo, digas lo que le sienta bien y lo que no, cómo manipularlo y cómo no, y que nadie te haga caso. Evidentemente no en todas las peluquerías pasa lo mismo, insisto. Pero hoy me voy a centrar en esas peluquerías en las que sí pasa esto.
Bien, el caso es que, después de que se me ocurriera publicar la foto de Mari Carmen en Facebook, otras mujeres comentaron en el mismo sentido: más malas experiencias en peluquerías. Aquí también te dejo también un vídeo con mi propio testimonio de malas experiencias en peluquerías afro. Quiero que leas estos testimonios:
Son testimonios de chicas con el pelo afro natural que han vivido malas experiencias cuando han decidido ir a una peluquerías afro -o no- y no las han atendido bien. Con lo cual entiendo la sensación de frustración que eso supone, porque tuve una temporada en la que me alisaba, y me pasaba eso: la peluquera siempre hacía lo que quería, que nunca era lo que quería yo, claro.
Sin embargo, el caso más flagrante de todos es el que testimonio de una mujer que, en el vídeo de mis malas experiencias con el pelo afro, dice lo siguiente:
Esto ya me parece el colmo de los colmos. Está claro en que firmar un documento sin haberlo leído tampoco es lo que debemos hacer, eso por descontado. ¿Pero tener un documento de descargo de responsabilidades? Eso ya me parece lo peor. Es decir que a esa peluquería nunca se puede ir a reclamar absolutamente nada porque, en un gesto -desde mi punto de vista- de lo más poco profesional deciden, de entrada, lavarse las manos y no responsabilizarse de nada de lo que hacen. A mí que me perdonen, pero eso es de sinvergonzonería extrema. Pero es solo mi punto de vista, insisto para que quede claro.
Es que con esto del pelo afro, me da la sensación -y confío en que sea una sensación equivocada- de que hay gente que cree que, por haber alisado el pelo a parte de su familia y amigos ya puede abrir una peluquería. Y no: para tratar el pelo afro hay que saber. Y será porque no hay información. Porque, por ejemplo, hablar con Belinda de Sidi Beauty es un gustazo: sabe mucho sobre la estructura del pelo afro y sobre cómo cuidarlo.
Es más: nosotras mismas hemos aprendido mucho sobre cómo cuidar de nuestro pelo afro. Entonces, ¿por qué hay peluquerías afro que no saben cuidar del pelo? ¿No se supone que deberían estar especializadas en el cuidado de nuestro cabello? ¿O es que solo saben tratarlo y manipularlo cuando está destrizado? Que también tienen que saber -y, una vez más, no todas saben-, pero las que hemos decidido llevar el pelo afro natural, tendríamos que poder encontrar (más) peluquerías con conocimientos sobre productos y técnicas para el cuidado del pelo afro en su forma natural.
Al final, ¿por qué optan muchas mujeres? Por cuidar de su cabello ellas mismas, desde la tranquilidad de su casa. Haciendo más o menos, pero habiendo tomado la determinación de que nadie que no sea ellas mismas va a meter mano en sus melenas.
Por esto no me gustan las peluquerías afro. Porque he tenido malas experiencias que me hacen desconfiar, y que han hecho que, finalmente me incline por cuidar de mi cabello en casa. Si además de que me voy a gastar un dineral en productos y mano de obra no voy a quedar satisfecha, apaga y vámonos. No, yo cuido de mi pelo en casa. Y si me equivoco asumo la responsabilidad, pero ya intento hacer por que mis errores no tengan consecuencias devastadoras. Pero lo dicho: mi pelo solo lo toco yo, o alguien que me haya demostrado con creces que sabe lo que hace.
Ahora quiero conocer tu opinión. ¿Vas a peluquerías o cuidas de tu pelo en casa?
Cuantos más seamos comentando, más nos enriqueceremos, así que, por favor, comparte este post para que pueda llegar a más gente.
Feliz fin de semana.