Bueno, creo que, después del título, ya lo puedo dejar aquí, ¿verdad? Es muy obvio. Quiero unos zapatos de salón, y creo que no hay mucho más que explicar. Los quiero y ya. Una se encapricha de cosas, se le antojan unos zapatos de salón, y se los quiere comprar. Esa una, evidentemente, es la que suscribe. La intención de este post es que me eches una mano, porque tengo en mente un par de modelos, y te los quiero enseñar para que los veas. ¿Me ayudas?
Zapatos de salón, todo un clásico
Los zapatos de salón son un clásico. Eso es así. Y es indiscutible. Y creo que es un tipo de calzado indispensable. Sin embargo hasta hace algunos meses no me había dado por pensar en que no tenía ningún zapato así, y que, oye, ¡los necesito! Bueno, a ver: necesidad necesidad, no la hay; pero sí que es verdad que llevo un tiempo planteándome que, igual que una se va haciendo un fondo de armario, también hay que ir haciéndose un fondo de ¿zapatero? Lo que sea. Espero que me hayas entendido.
Por qué quiero unos zapatos de salón
Pues mira, la verdad es que, como te he dicho antes, hasta hace muy poco (te hablo de tres o cuatro meses como mucho) no me había planteado yo el hecho de que estaría bien tener unos zapatos así. Pero una madura, se va haciendo mayor y se va dando cuenta de que hay prendas, accesorios y calzados básicos que sacan de un apuro. Y eso por eso que quiero unos zapatos de salón. Pero además los quiero:
☉Son elegantes.
☉En negro combinan con todo.
☉Es una apuesta segura que no pasa de moda.
Así que, ¿qué hice? Entrar en la web de Spartoo, hacer una búsqueda de zapatos de salón negros y, entre todo lo que encontré, me llamaron la atención estos dos modelos que te voy a enseñar ahora.
Los primero que vi, y de los que me enamoré son estos zapatos negros de tacón de la firma Clarks. El modelo se llama Anika Kendra. Son unos zapatos precisos, confeccionados en piel y cuero y suela de caucho. ¿El reto? Los nueve centímetros de tacón. Estuve dudando, la verdad. Nueve centímetros de tacón son muchos centímetros cuando mides un metro setenta y siete, como yo. Y ahí empezaron las dudas y las inseguridades. No quiero verme como una giganta, el melodrama. Seguro que te suena el título de la “película”. Mi marido me dijo, literalmente “¿y cuál es el problema de que tengan nueve centímetros de tacón?”; y algunas de las chicas a las que pregunté por Facebook también me animaron a comprarlos. Y eso me envalentonó, no te lo voy a negar.
Los otros zapatos de los que me enamoré fueron los que ves justo encima de estas líneas. También son unos zapatos de salón Clarks; en este caso se trata de los zapatos Chorus-Voice. La peculiaridad es que imitan la piel de serpiente y, a pesar de la fobia que les tengo, me han gustado por la originalidad, y porque rompen un poco con la sobriedad del modelo anterior, que me encanta el modelo anterior, ojo. Pero este le da el toquecito diferente, ¿no crees? Estos zapatos de salón son un poquito más bajos que los anteriores: el tacón tiene una altura de siete centímetros, que también son altos, pero dos centímetros son dos centímetros, ¿verdad?
Así que ahí estoy, con la duda corroyéndome. No lo tengo nada claro. Pienso que el primer modelo es el “de toda la vida”, que es muy ponible, y que dudo que me canse de un zapato tan clásico y resultón. Pero la altura es lo que me tira un poco para atrás (aunque cada vez menos, la verdad). Además, tampoco es un zapato que vaya a ponerme cada día, así que, de vez en cuando llevar un taconazo no le hace mal a nadie. El segundo modelo, aún siendo un zapato de salón, transgrede un poquito más y le da el punto diferente que a veces me gusta que tengan las cosas que llevo. Y eso es lo que me hace dudar. Así que en este punto es cuando pido tu opinión.
¿Cuál de los dos modelos de zapatos de salón te gusta más?
