De un tiempo a esta parte vengo observando algo, en varios grupos de chicas con el pelo afro natural en los que participo en Facebook, que me llama la atención al punto que me preocupa.
Y es que me da la sensación de que hay mujeres con el pelo muy rizado, así como el mío, el pelo llamado pelo afro tipo 4C, que se desesperan porque no logran unos rizos definidos. No son pocas las que, en esos grupos, o a título personal me han mandado un mensaje del estilo de “por favor, ayúdame. Mis rizos no se definen, ¿qué me aconsejas para conseguirlo?”
Y después de haber leído algunos comentarios con los que estoy completamente de acuerdo de y de Sota, de , vengo a compartir esta reflexión, porque también hace mucho tiempo que no te doy la chapa, así que ¡prepárate!
A veces me da la sensación de que dentro de la corriente natural también hay mucha presión por lucir siempre un tirabuzón perfecto. Uy, ¿he dicho presión? Quise decir pasión.
Últimamente me quedo mucho con la sensación de que nos vamos a los extemos. O sea, salimos de una esclavitud –la del alisado químico- para meternos en otra: la de los rizos perfectos.
Parece que nos hemos quitado los corsés que nos marcaba la belleza caucàsica, contra los que nos hemos rebelado, afortunadamente. Hemos roto esos corsés que nos decían: “mujer negra, serás más bella cuanto más liso sea tu pelo”. Pero ahora, de repente, en vez de disfrutar de esa liberación, los gurús del cabello afro crean unos nuevos corsés que nos dicen: “mujer negra, serás más bella cuanto más perfectamente definido sea tu rizo”.
Y ¿sabes qué? Esto me preocupa horrores, porque cada día leo a mujeres preocupadas porque su cabello no se define, y eso las angustia y no les permite disfrutar en plenitud del cuidado de su pelo.
No. Los rizos no son perfectos ni mucho menos iguales. Y lo mejor de todo es que no tienen que serlo.
Mis rizos no se definen y eso no me preocupa lo más mínimo. ¿Y por qué? Porque acepto que mi pelo tiene una textura que no se define. Mi pelo es una esponjita mullida y uniforme de cabello crespo. Y me gusta así. Lo amo así. ¿Que un día me apetece hacerme un twist out? Bueno, pues me lo haré. Pero también disfruto llevando mi pelo redondito, sin intentar darle una forma de rizo que no es el suyo.
Por esto vuelvo a insistir en la necesidad de buscar referentes e imágenes de mujeres con unas características físicas similares a las de cada una de nosotras. Mi pelo no tiene un rizo súper definido, así que no me voy a ir a fijar en esas mujeres que tienen unos tirabuzones cilíndricos perfectos. ¿Por qué? Porque no quiero frustrarme. No lo necesito. Y si no hago más que mirarme en esos rizos perfectos e intento una vez y otra conseguir esos rizos en mi pelo, si no los consigo me voy a desanimar y voy a creer que a mi pelo le pasa algo malo porque no se define. Y no, repito: el hecho de que el rizo no se defina no es malo.
Aceptémonos, por favor. Aceptémonos tal y como somos, y explotemos nuestros recursos –estoy teniendo un dejà vu, porque creo que ya he hablado de esto–. Yo busco inspiración en mujeres de las que sé que puedo sacar algo positivo para mi pelo.
A mí me gusta llevar el pelo recogido, ya lo he dicho varias veces –y a veces también tengo la sensación de que ser natural refiriéndose al cabello se limita a llevar el pelo suelto y tener un rizo perfectamente definido. Y no, evidentemente, pero ya hablaremos de esto otro día.
Total, que si a mí me gusta llevar el pelo recogido, lo que voy a hacer es inspiración de recogidos en tableros de pinterest, cuentas de instagram, canales de youtube y blogs que me ofrezcan eso. Puedo admirar la belleza de unos rizos definidísimos, pero no me voy a obsesionar en querer tenerlos, si mi pelo no es así.
Esta es la reflexión que hoy he querido compartir contigo. Y ahora me gustaría saber qué piensas tú sobre este tema; cuéntame si también has leído esos comentarios y qué piensas tú sobre la presión de la que te hablo.
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